Dresde, Guernica, Vukovar, Sarajevo. Tíbet, Mostar, las Torres Gemelas, Palmira. La destrucción de la memoria propone un aterrador viaje por una serie de guerras y con-flictos en los que la aniquilación de iconos arquitectónicos ha ejercido un papel fundamental. Desde la destrucción de las ciudades aztecas por parte de Hernán Cortés hasta los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial; desde el genocidio armenio hasta la guerra en la antigua Yugoslavia, el terrorismo del IRA o los ataques del yihadismo contra monumentos emblemáticos.
En este profundo ensayo, que combina erudición con testimonios de primera mano recogidos sobre el terreno, Robert Bevan expone la guerra cultural que se libra detrás de la demolición del patrimonio. Su objetivo es exterminar a un pueblo, erradicar la memoria de su cultura y, en última instancia, borrar el recuerdo su misma existencia. Es el llamado urbicidio.
Lo sabían los babilonios que destruyeron el Templo de Salomón en Jerusalén. Lo sabían los nazis que quemaron las sinagogas. O los guardias rojos de Mao que arrasaron miles de monasterios budistas del Tíbet: lejos de ser un daño colateral, la destrucción de bienes culturales y edificios simbólicos constituye un acto deliberado de guerra. Un ataque para destruir la memoria, para liquidar una cultura, para enterrar a un pueblo.
Reseñado en The New York Review of Books, The Guardian, The Times, Financial Times Magazine, Sunday Times, The Independent, The Scotsman o Icon.