No te encabrones. A mí no tienes que demostrarme nada. Ése no es pedo mío. Yo lo decía por otros, no por ti. Mira, canijo, aunque parezca extraño, en mi profesión son pocas las oportunidades que uno tiene de hacer justicia, muy pocas. Contigo lo voy a hacer y eso es algo bueno para los dos. Disfruto que trabajemos juntos procurándote lo que te pertenece, de veras.