Karl Kraus (1874–1936), considerado uno de los grandes escritores satíricos en lengua alemana y ejemplo incomparable de “periodista antiperiodístico”, publica en diciembre de 1914 En esta gran época, rompiendo un silencio de meses, tras el estallido de la Primera Guerra Mundial. Solo unas décadas antes, Europa vive la expansión de la libertad de prensa y del periodismo como “cuarto poder”, capaz de instaurar y derrocar gobiernos y de provocar y evitar guerras. El antibelicismo y la mordaz y corrosiva crítica de Kraus se dirigen aquí contra su siniestra y banal alianza: la de la prensa y la guerra que engendra para lucrarse con su cobertura, en manos de periódicos y periodistas, mercenarios de la causa más rentable, que embellecen y banalizan hechos atroces y avivan con su influencia el entusiasmo bélico entre una emergente “opinión pública”. Y es que la figura del periodista, que definió como “aquel que no tiene una idea, pero puede expresarla”, es el verdadero blanco de sus incisivos ataques. Para Kraus, observador riguroso y fiscal implacable de la sociedad vienesa y europea de su tiempo, los periodistas (e intelectuales) reproducen de manera paradigmática los males específicos de lo que designó irónicamente como “gran época”: la corrupción del lenguaje y el vaciamiento de la imaginación, lo que de otro modo le llevó a decir que “la vida es solo una forma impresa de la prensa”. Este volumen reúne algunas de las más célebres creaciones periodísticas que Karl Kraus publicó en Die Fackel (La antorcha), la inclasificable revista de la que fue director, editor y casi único redactor y en la que brilló como intelectual independiente en la Viena de entre siglos, poniendo su humor lingüístico al servicio de una sistemática campaña moral e intelectual contra la sociedad.