Avieno, autor muy apreciado en el Renacimiento español, desea con su poesía didáctica preservar los conocimientos astronómicos y geográficos de la Antigüedad.
Postumio Rufio Festo Avieno, autor del siglo IV d.C. nacido en Volsinii (Etruria), fue un pagano preocupado por conservar la cultura clásica en un mundo ya cristiano. Para ello utilizó un género con una larga tradición en la literatura latina: la poesía didáctica. En los «Fenómenos», paráfrasis de la obra homónima del escritor griego Arato, lleva a cabo una erudita enumeración de los astros y constelaciones, con múltiples referencias a la mitología. La «Descripción», versión de la Periegesis de Dionisio de Alejandría, repasa los pueblos y tierras del mundo antiguo. Por último, “Costas marinas”, recorrido por el litoral europeo desde Britania hasta Marsella, adapta un original griego del siglo IV a.C., y por eso es la descripción más antigua de Europa occidental que poseemos; además, es una obra con un valor único para España, por la descripción que hace del litoral de nuestra Península. Quizás por ello Avieno fue un autor muy conocido y valorado en el Renacimiento español.