Jesús Terrés coloca el hedonismo a la altura de un arte. Sus textos son una celebración a la vida y a la belleza escondida en las pequeñas cosas y en las pocas y grandes verdades a las que aferrarse. Una buena mesa con amigos sinceros, el amor que nos devuelve los mejor de nosotros mismos, la lucidez, la consciencia y la ternura. La esencia de lo efímero que nos hace eternos y el recuerdo constante de que aquí hemos venido a jugar. El autor de Nada importahace en estas páginas una declaración que no admite interpretaciones y que en estos momentos cobra la fuerza de una posición valiente ante el mundo: No basta con sobrevivir, hay que vivir. Asumir el riesgo de equivocarse y no rendirse, entender la felicidad de lo aparentemente inútil y recordar que en realidad, sólo hay un viaje.
Nada importa es un placer para los sentidos y una llamada a la búsqueda de la felicidad en aquello que tenemos más cerca y que solo necesita del tiempo y la disposición de aprender a mirar.