“Desperté en una cama del hospital, con la cara destrozada, siete fracturas y una herida de diecinueve puntos en la pierna derecha, daños en los ojos y la matriz, que estaba marchitada por los golpes. Apenas podía moverme”. Así describe Cenat, la joven protagonista de este relato, uno de sus días en su matrimonio con Pedro Ebang.
Una historia que, más allá de los golpes del cuerpo, la mente y el alma, muestra la fortaleza y esperanza de una mujer decidida a cambiar su vida y la de su hijo Pedrito; una mujer decidida a transformar su presente y usar su pasado para construir un futuro lleno de esperanza.