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Fabio Morábito

Alguien de lava

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  • Verónica Noyolahas quoted5 years ago
    ¿Por qué si digo pá‍­ja‍­ro

    me en‍­cien‍­do

    y cuan‍­do digo ave me in‍­ti‍­mi‍­do?

    Digo pá‍­ja‍­ros y pien‍­so

    en vue‍­los cor‍­tos,

    no en mi‍­gra‍­cio‍­nes,

    en los es‍­fuer‍­zos para ha‍­cer‍­se un nido;

    digo pá‍­ja‍­ro y me em‍­bos‍­co,

    me en‍­ar‍­bo‍­lo

    y me en‍­som‍­brez‍­co,

    y al decir ave me re‍­mon‍­to,

    pier‍­do la som‍­bra y subo,
  • Rafael Ramoshas quotedlast year
    si se cursara el primer año entre los muertos,
    no en las escuelas,
    y en vez de repasar conceptos
    se repasaran los difuntos,
    en cada cosa que diríamos de grandes
    la muerte habría dejado ya
    su gota de precioso antídoto,
    una amargura en el lenguaje
    que se transmitiría, qué duda cabe, al resto,
    y hablar, así, sería una forma
    de hacer crecer en nuestra compañía
    este silencio inmenso,
    como morir, de alguna forma
  • Rafael Ramoshas quotedlast year
    ser el oscuro atrás del vidrio,
    la brasa que persiste,
    la brisa que revuelve
    el estancado aire de sus días,
    el interior viciado por su aliento,
    oscuro y necesario como la escritura,
    que es brasa que también,
    con calculada lentitud, se enfría
  • Rafael Ramoshas quotedlast year
    Tal vez la intimidad de dos se basa
    en la derrota de un tercero
    que, expulsado, los espía,
    alguien de lava con la vista fija.
    Tal vez dos se desean porque un tercero
    lleva el recuento de sus labios
    y se intimida con el oro que despiden.
    Tal vez dos nunca existen,
    o dos afloran porque existe
    alguien de lava, un cíclope, un hundido
  • Rafael Ramoshas quotedlast year
    Lo que se espía,

    siempre nos roe la duda

    de si lo vimos o fue un sueño,

    como ese día, hace años,

    que a escasos cinco metros

    vi a dos desnudos que se amaban.

    No habían corrido por la prisa las cortinas.

    Creí que estaba viendo una película.

    Oscuramente con sus besos me enterraban,

    me hundían en una ciénaga,

    porque el que espía se hace de lava,

    vuelve a las bóvedas rojizas,

    al fuego de las fraguas donde viven

    los cíclopes coléricos de un ojo,

    la vista fija en el metal que aplanan
  • Rafael Ramoshas quotedlast year
    Ventanas encendidas, mi tormento.

    Gente sólo visible en esta hora.

    De día los edificios son triviales,

    de noche la fragilidad de su interior me hechiza.

    Se espía buscando desnudeces,

    pero también por hambre de poesía,

    hambre no de la piel del otro,

    sino de su manera de gastar latidos,

    de ver cómo transcurre un corazón ajeno.

    Por eso morbo y poesía andan juntos.
  • Rafael Ramoshas quotedlast year
    si se cursara el primer año entre los muertos,

    no en las escuelas,

    y en vez de repasar conceptos

    se repasaran los difuntos,

    en cada cosa que diríamos de grandes

    la muerte habría dejado ya

    su gota de precioso antídoto,

    una amargura en el lenguaje

    que se transmitiría, qué duda cabe, al resto,

    y hablar, así, sería una forma

    de hacer crecer en nuestra compañía

    este silencio inmenso,

    como morir, de alguna forma,

    la plenitud de lo decible
  • Rafael Ramoshas quotedlast year
    Vine al principio por los árboles,

    pero me aficioné a los nombres de las criptas,

    que leo como quien toma una infusión,

    a breves sorbos.

    Buscaba la corteza,

    algo que se pudiera recorrer

    indiferentemente con los ojos o los dedos

    y hallé estos nombres en perpetuo asueto,

    libres de nuestros gritos y reclamos,

    algunos libres ya de todo labio humano,

    que son tal vez otra corteza,

    la capa extrema del idioma,

    la más delgada de sonido,

    la última cancha de las sílabas.
  • Rafael Ramoshas quotedlast year
    Qué hermoso era que hubiera

    esos varones mercuriales

    que con sus mocasines blancos nos decían:

    la vida puede darse entera en una orilla

    sin dar la espalda nunca a lo que amamos,

    siempre en el filo del primer atisbo,

    jamás retrocediendo,

    jamás oscureciendo nuestros pasos.

    Se alaba de sus pasos la ciudad,

    ellos que introducían en el tráfico

    la nota discordante de una brisa.

    ¿En qué salón de baile se han reunido?

    ¿Por qué no salen como antes

    a decirnos que los años

    son demasiado pocos para malgastarlos

    con el calzado negro de la prisa?
  • Rafael Ramoshas quotedlast year
    Miro a esos dos de la mesa del fondo

    y aunque no oigo lo que dicen,

    por las caras que ponen,

    por sus gestos,

    por cómo cada uno escucha al otro

    y asiente convencido

    o lo interrumpe,

    los envidio.

    Quisiera unirme a ese fervor

    que apenas necesita de palabras,

    gesticular con ellos

    sin el volumen de la voz,

    como los veo de mi lugar;

    dejar al fin brillar los labios,

    comunicarnos con la sola mímica

    y acalorarnos con el puro cuerpo.
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