Débora era la única mujer entre el variado conjunto de jueces, que guió al pueblo judío antes de que la monarquía se estableciera en Israel. A decir verdad, es la única mujer en toda la Escritura, que ejerció esa clase de liderazgo y fue bendecida por ello. El Señor pareció levantarla, como un reproche a los hombres de su generación, que estaban paralizados por el miedo. Ella no se veía a sí misma como una usurpadora de la posición de los hombres, sino solamente como una mujer que funcionaba en su capacidad maternal, mientras que hombres como Barac eran alzados para asumir sus propios funciones de liderazgo (5.12). Por eso, ella se refiere a sí misma