Un libro sobre drogas es, en realidad, un libro sobre ciencia, política y la relación entre ellas y nosotros, las personas. Si entendemos la política como una forma de disputar poder, y ese poder como la capacidad de influenciar −ya sea para desalentar como para fomentar− actitudes y comportamientos humanos, ¿cómo logramos que esa influencia se ejecute de manera que podamos minimizar el sufrimiento y favorecer el bienestar, la salud y el respeto a la libertad de cada uno de los miembros de la sociedad?
Este libro tiene como objetivo hacernos preguntas y compartir los conocimientos de especialistas en diversas áreas a viva voz. ¿Qué sabemos sobre la historia del ser humano con relación a las sustancias psicoactivas? ¿Qué lugar tienen la moral, las costumbres y la ciencia en la generación e implementación de las leyes? ¿Es la “guerra contra las drogas” una estrategia efectiva? ¿Cómo ha afectado un siglo de rígidas políticas prohibicionistas a los consumidores de sustancias psicoactivas y a la sociedad en su conjunto? ¿Existen Estados que aborden de otra manera este desafío? ¿Cuáles son sus resultados? ¿Por qué estas preguntas no se encuentran en el ojo de la discusión pública?
La profunda disonancia entre el enfoque actual basado en la prohibición (con una gran participación de los organismos de seguridad) y el enfoque propuesto por los expertos (apoyado en la evidencia científica, que entiende que el “problema de las drogas” debe ser abordado desde la Salud Pública y contemplar los Derechos Humanos en la solución) fueron el motor de este proyecto. Queremos que todos tengan la oportunidad de conocer más sobre las sustancias psicoactivas y su relación con el ser humano, y de recorrer la historia de las políticas de drogas, esta vez a través de los ojos de la ciencia, para poder así pararse frente a esta enorme discrepancia, reflexionar sobre ella y desafiarla.
Un libro sobre drogas fue creado para desnaturalizar prejuicios, cuestionar costumbres y generar espacios de discusión. Atender el sufrimiento generado por la manera actual de abordar nuestra relación con las drogas no sólo es importante sino urgente, y requiere un cambio de abajo hacia arriba, uno donde muchas voces se unan y demanden el uso de la mejor evidencia disponible en el diseño políticas públicas con el fin de construir una sociedad más compasiva, más libre y más justa.