La reina de nada

—Y tú. —Me mira y curva los labios para formar algo que no termina de ser una sonrisa; es algo más y menos que eso—. Todo me resultaba ajeno, pero a ti te reconocí en todo momento.

Y cuando me besa, siento que al fin puedo volver a respirar.

No lo fuerces, Jude. Deja que fluya.

si no podía ser mejor que mis enemigos, entonces me volvería peor que ellos. Mucho mucho peor.

Todo me resultaba ajeno, pero a ti te reconocí en todo momento.

Mi dulce némesis, como me alegra que hayas vuelto.

Eres mi condena eterna

—El amor es idiota. Solo sirve para partirnos el corazón.

. Todo me resultaba ajeno, pero a ti te reconocí en todo momento

—Ella es mi esposa —dice Cardan, haciéndose oír entre la multitud—. La legítima reina suprema de Elfhame. Y su exilio ha terminado.

Entonces —dice, dando unas palmaditas en el diván, a su lado—, ¿no recibiste mis cartas?