Katherina y Scott solo tienen en común una cosa: la reforma de los majestuosos jardines de Lambert Resort.
Ella es la gerente del hotel de lujo; él el paisajista contratado.
Ella es metódica y fría; él un seductor que siempre llega tarde.
Ella adora el orden y la limpieza; él… él no tiene orden ni en su vida. De la limpieza, mejor no hablamos.
La vida no se lo ha puesto fácil, no tienen fe en el amor, no buscan una relación, pero eso ya da igual. La reforma lo ha puesto todo patas arriba y el destino les va a dar una lección.
Porque el amor puede ser salvaje como la tormenta, efímero como un suspiro, frío como la nieve o tan bello como las flores de invierno