Lo único que quería por Navidad era a ella
Meg Jardine, ayudante personal de primera clase, temía estar a punto de perder su trabajo. Su jefe, el serio y exigente William McMaster, iba a tener que pasar las Navidades en Melbourne… y era culpa suya.
Con el corazón en la garganta, Meg invitó al multimillonario a pasar las fiestas en la granja de su familia.
En la caótica pero acogedora granja de Meg, la fría cautela de William empezó a derretirse. Sin darse cuenta, comenzaron a mirarse de otra manera y, de repente, la encantadora y generosa Meg pasó a encabezar la lista de deseos de William.