espacio simbólico genera significados propios mediante lecturas e interpretaciones. La cuestión de las prácticas estéticas pasa aquí a primer plano. En este dominio, Susanne Langer distingue entre «espacio real» y «espacio virtual». Este último, en su opinión, equivale a un «espacio creado a partir de formas, colores, etc.» para producir las imágenes e ilusiones intangibles que constituyen el núcleo de todas las prácticas estéticas. La arquitectura, argumenta, «es un arte plástico, y su primer logro es siempre, inconsciente e inevitablemente, una ilusión: algo puramente imaginario o conceptual traducido en impresión visual».