¿Se puede “curar” la muerte? ¿Podremos vivir más, pero sin atravesar los achaques que hasta ahora supone el paso del tiempo? ¿Cómo sería nuestro día a día si supiéramos que no vamos a morir? ¿Qué hay detrás del anhelo permanente humano por hallar el elixir de la juventud? ¿Por qué rechazamos la ancianidad? ¿Cuánto podremos extender nuestra existencia? ¿Cuáles son los planes más avanzados para prolongar la vida? ¿Por qué envejecemos? ¿Con qué objetivo buscamos alargar la longevidad? ¿Nos tenemos que resignar a la senectud? ¿Es necesario morir para que la especie pueda seguir adelante? ¿Podemos ser eternos?
Después de muchos años de ser considerado un territorio marginal dominado por charlatanes, embusteros, aventureros y médicos ubicados en los márgenes de la ortodoxia, el estudio del envejecimiento y su prevención se están transformando en una especialidad científica reconocida. Sin pretender ser una exaltación vacua de la juventud, ni hacer una defensa a ultranza de intervenciones que prolonguen la existencia a cualquier costo, este libro aborda el envejecimiento como objeto legítimo de investigación e intervención racional.
Del mítico Matusalén hasta las recetas de la Dra. Aslan, pasando por los planteos más novedosos y los últimos avances terapéuticos, los diferentes capítulos del texto hacen un repaso histórico y filosófico sobre las razones detrás de la permanente búsqueda de la eternidad y las iniciativas pasadas y actuales más promisorias para conseguirla. Con énfasis en las ideas, pero también en los protagonistas.
Mientras los expertos más conservadores en este campo apuestan a que se puede prolongar la duración de la vida dos o tres años (sin las consecuencias clásicas de la vejez), los más exaltados imaginan un futuro donde múltiples intervenciones puedan ir “desconectando” los distintos circuitos genéticos y bioquímicos del envejecimiento, o reparando los sucesivos daños que provoca en órganos y tejidos, manteniéndonos jóvenes para siempre.