«Quería volver a mi arte… Mis manos anhelaban la cuchilla, el calor de la sangre fresca, la suavidad marmórea de un cadáver de tres días.» Andrew Compton, un asesino en serie evadido de la cárcel, y Jay Byrne, la oveja negra de una antigua familia de Nueva Orleans, dos delirantes virtuosos del arte más intimo, se tropiezan en el turbio ambiente del barrio francés de la ciudad sureña y reconocen en el otro su mitad perfecta.