Se trata de una experiencia que, en palabras de Aristóteles, busca el cultivo de las virtudes humanas (phrónesis), así como la construcción de criterios —quizá, herramientas— para la toma de decisiones en la vida pública. En este terreno de disputas y complementariedades, las prácticas políticas de mujeres, hombres, gays, lesbianas, transgeneristas, entre otras identidades, requieren ser analizadas y problematizadas. No solo buscamos interpretarlas como meras reivindicaciones, sino como subjetividades que devienen divergentes y han empezado a modificar la cultura patriarcal, machista y racista que ha acompañado la vida republicana de nuestro país.