Además el orden y encadenamiento de los relatos históricos indica fue uno el historiador, y que se impuso su plan seguramente. Comienza, en efecto, a referir los orígenes de la nación hebrea; llega después, siguiendo el orden de las cosas, al tiempo y ocasión en que Moisés recibía leyes y las predicaba a los hebreos; refiere a continuación cómo el pueblo hebreo, cumpliendo las predicciones de Moisés, invadió la tierra prometida (vid. Dt 7) y abandonó las leyes de Dios (Dt 31, 16) y cuantos males se siguieron de esto (versículo 17); como quisieron en seguida elegir reyes (Dt 17, 14), cuyo gobierno fue desgraciado o próspero, según se apartasen de la ley, o le fueran fieles (28, 36): y, finalmente, la destrucción del imperio, según Moisés la había predicho (Dt 28, 48 y sigs.).