El funcionario poeta ofrece un atractivo itinerario por la experiencia de la “doble faz” del artista y escritor-funcionario, quien para sobrevivir se ve obligado a equilibrar dos enemigos irreconciliables: la subjetividad ilimitada del creador y la asfixiante objetividad del poder al que se ve sometido. Carlos Eymar analiza el papel del bufón de poderosos (Esopo), que dice las verdades con lengua astuta, del pintor cortesano (Velázquez), que se identifica con los bufones que retrata, y los del trovador, del juglar y de los artistas que trabajaron a las órdenes de un mecenas, divididos entre su oficio y los deberes para con sus amos. Un sólido ensayo que dedica jugosas reflexiones a la obra de Pessoa, Kafka o Kavafis, y que no defraudará a sus lectores.