Varón sería muy poco
para esta sensación de Dios
que llevo dentro.
Con estos versos Mónica Montero nos habla de la mujer de hoy, fuerte en el mismo centro de su fragilidad, de su delicadeza visceral, de su entrañable rebeldía. Son poemas de la errancia de por la vida de una mujer, vivida, luchadora, bella.
Son cantos desde la hembritud, cantos de vida, a los hijos, cantos de muerte, a los padres, cantos de pérdidas y duelos, a hermanos, y, sobre todo, son cantos de amor; al otro, a los otros y a sí misma.
Llantos o cantos, de invocación divina, con palabras precisas, cotidianas, minuciosamente acicaladas, relucientes como vajilla recién lavada. En cada una de nosotras está una Varona lista para emprender vuelo.