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Elaine Vilar Madruga

El cielo de la selva

  • Grishas quoted16 days ago
    La naturaleza de la muerte es una para todos, es un idioma común de las especies.
  • Elizabeth Alvarez Joséhas quoted4 hours ago
    En la vida de una puta los nombres no tienen significado.
  • Elizabeth Alvarez Joséhas quoted4 hours ago
    Una risa de mandíbulas secas, un nuevo tipo de risa sin carcajadas, porque las muertas, lo supiste entonces, se reían así, a hueso limpio.
  • Elizabeth Alvarez Joséhas quoted4 hours ago
    Qué mierda, niña, pensaste, una hoja no me va a quitar el dolor de cabeza, pero estabas equivocada y demasiado viva para entender la piedad de las muertas, su divina compasión. Para que se quedara tranquila, acep-taste la hoja y te la colocaste sobre la frente mientras hacías una mueca con tu sonrisa terrible.
  • Elizabeth Alvarez Joséhas quoted4 hours ago
    Copita subió a una de las ramas del árbol. Nunca pensaste que podía ser tan ágil. Le crujían los huesitos, a lo mejor alguno estaba roto, pero qué feliz era en la muerte, qué lugar tan espléndido: nada dolía aquí, ni el corazón, ni la culpa, ni los hijos enfermos, ni el polvo blanco y ausente.
  • Elizabeth Alvarez Joséhas quoted4 hours ago
    porque en la muerte, te empezabas a dar cuenta ahora, no existía el lenguaje.
  • Elizabeth Alvarez Joséhas quoted4 hours ago
    Nadie invita a los muertos a pasar, eso se sabe, nadie quiere a las putas muertas cerca, y menos si están descalzas y los pies se les comienzan a pudrir. Las viejas hipócritas como la dueña de la hacienda se fingían santas, pero a la hora de la verdad, cuando tocaba, les daba igual señalar con un dedo a los pies desnudos de una chica asesinada y hablar mal de sus calcañales sucios, o montar un escándalo cuando veían a una muerta en el límite de la propiedad.
  • Elizabeth Alvarez Joséhas quoted4 hours ago
    En la soledad de la selva, las soledades de dos hem-bras se comparten mejor.
  • gonzalo ortegahas quoted10 hours ago
    Te dejaste conducir entre el temor y la inercia, con la frente ardiendo, y la boca y el coño en llamas. Eso es lo que hoy conoces como presagio, antes ni siquiera sabías su nombre.
  • gonzalo ortegahas quoted11 hours ago
    A veces, eso sí, permanecía a la zaga algún niño que lloraba al ausente. Nada se podía hacer salvo consolarlos y decirles, por pura piedad, que sus padres nunca habían existido o que el cielo de la selva era un lugar hermoso donde todos los niños abandonados se encontrarían con sus padres algún día
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