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Elaine Vilar Madruga

El cielo de la selva

  • ESMEhas quoted2 months ago
    se viene a morir, a la vida me refiero, y a la selva también
  • Grishas quoted3 months ago
    La naturaleza de la muerte es una para todos, es un idioma común de las especies.
  • Cecilia Yanez Ramirezhas quoted2 hours ago
    Así debía ser el sabor de la muerte: un vacío enorme de ternura y de madre.
  • Diana Backwardshas quoted19 hours ago
    la niña demasiado alta preguntó con lentitud.
  • Fridishas quoted2 days ago
    jibarita y ladradora, que esperas la llegada del amanecer porque la vieja viene y, si está de buen humor, alguna que otra vez te saca amarrada a respirar el aire libre. Bípeda o cuadrúpeda serás siempre para ella la hijita loca, la hijita rota y perdida.

    Desde las rejas en tu ventana ladras a la selva, al perro enorme que hace mucho asoma el hocico entre los árboles para husmearte y a la niña que salta en el patio y que huele a muerte.
  • Fridishas quoted2 days ago
    cuando te pican las garrapatas de la memoria y sientes incluso que, si quisieras, podrías tocar con un dedo aquello que Ananda fue una vez. No hace falta la memoria. Para qué necesita una perra tenerla salvo para recordar que se mea en un rincón y que se come con las patas delanteras. Para qué se necesita sino para saber lo que te hicieron.

    Para saber y no olvidar.

    Ellos se llevaron a Choclo.

    Ellos se llevaron a Ananda.
  • Fridishas quoted2 days ago
    esa furia sin remedio porque ya nada se podía hacer con ella salvo sacársela de adentro, empezaste a ladrar.
  • Fridishas quoted2 days ago
    que un día fuiste cuando eras humana: su hija favorita.
  • Fridishas quoted2 days ago
    tratarla como animal de su casa, pero ya no como una hija, porque la hija estaba muerta.

    Algo latió dentro de ti cuando la vieja empezó a escupir a los cabrones que contemplaban el espectáculo. A todos les escupió la culpa y el asco, y les recordó quién mandaba allí, y que las cosas se hacían a su manera o no se hacían. Carajo, a mi manera o a ninguna, dijo, miren lo que le han hecho a Ananda, y quien tenga los ovarios de decirme que fue sin querer, le voy a rajar la boca a cintazos.

    La amenaza surtió efecto porque todos guardaron silencio y por primera vez te miraron como si fueras un animal peligroso. La perra favorita de la vieja.
  • Fridishas quoted2 days ago
    Quizás la vieja te vio en los ojos el ansia de selva. En su mirada se incrustó un lamento de miedo. Las jíbaras son así, imprevisibles, y un momento se dejan acariciar y al siguiente escapan selva adentro. De inmediato te ordenó volver a la hacienda ahora que ya tenías los huesos. Prometió que serían tuyos para siempre. De nadie más que tuyos, Ananda, pero vuelve tranquila al cuarto, mijita, y rompió a llorar a los pies de la selva, de ese dios que se alimenta de las lágrimas del mundo. Rota en sollozos estaba porque en ese momento vio que en tus ojos ya no quedaba ni rastro de Ananda, como tampoco había carne sobre los huesos de Choclo. Su única esperanza era amaestrar a la jíbara, lograr que aquella perra olvidara el miedo, tenerla limpia
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