«Los que quieran, los que tengan en el corazón profundamente anclada la preocupación por el porvenir de la cultura, tienen que declarar la guerra a la política, porque la vida pública, en su forma más característica, que es la política, invade todos los ámbitos y reduce la vida privada, reduce el silencio creador de la soledad íntima, reduce la conversación fecunda y profunda entre dos amigos, lo reduce a un hilillo que apenas si cuenta ya en nuestra existencia turbulenta de plaza pública y de hall de gran hotel».
(Manuel García Morente)