Mi libro se llama Al borde del ruido haciendo referencia a todos aquellos momentos donde habríamos dado parte de nuestro ser para poder gritar sin ser juzgados, sin ser mirados, sin ser señalados. Gritar también cura heridas. Gritar también forma parte de la cordura, por irónico que pueda sonar. Escribí este libro para los que estuvieran dispuestos a escucharme hacer ruido, y al mismo tiempo, que ellos sanen conmigo.