De una manera general pienso que la noche tiene razón. «La alegría es más profunda que la tristeza», dice Nietzsche. Es una posición filosófica a la que estoy dispuesto a adherirme, pero a un nivel más profundo, en esa profundidad del ser que nos hace ser lo que somos y sobre lo cual no tenemos control, pienso como Van Gogh que «la tristeza durará siempre», y que sabe más de la vida que la alegría. La meditación está ahí también para enseñarnos que las dos cosas son ciertas, la tristeza tan cierta como la alegría y la alegría tan cierta como la tristeza. Hoy, entretanto, estoy muy bien.