Para tocar a una persona debes tener una buena razón, o de lo contrario será incómodo. Una buena forma de empezar, y es bastante convencional, es el saludo de mano o, en el caso de una mujer, puede ser el saludo de beso en la mejilla si ella no se aleja. También puedes tocar su brazo cuando dice algo gracioso o para enfatizar algo que tú digas. Cuando vayan a moverse de lugar puedes poner tu mano en su espalda o tomar su mano para indicarle el camino, aunque sin empujarla o jalarla. Siempre debes ser delicado para que no sienta que la obligas a actuar