se trataba de construir barcos de guerra, sino de disponer de pequeños transportes que fueran y volvieran durante varios días, llevando en cada viaje armamento, soldados, animales y víveres. La tarea sería tediosa, lenta y muy peligrosa. Especialmente difícil resultaría embarcar, uno a uno, a las decenas de elefantes que llevaba consigo.