Cuando nacemos, estamos desnudos y somos totalmente vulnerables. Y, sin embargo, el universo benevolente, en su generosidad, puso leche en el pecho de nuestras madres, junto con la voluntad de proteger y nutrir a sus bebés. Nuestras madres nos llevan en su vientre durante nueve meses. Sufren grandes dolores de parto para traernos a este mundo. Nos amamantan durante los primeros años de nuestra vida. ¿Qué mejor ejemplo de generosidad de espíritu podemos invocar? Todo por amor. Cada madre es una heroína. Para mí, la maternidad es sinónimo de generosidad; es nuestro ejemplo vivo de generosidad desinteresada, y las madres son la encarnación del amor incondicional. Debemos expresar nuestra gratitud a nuestras madres y rendirles homenaje reconociendo su generosidad de espíritu.
La generosidad no es sólo una cualidad humana. Cada día me asombra ser testigo de la generosidad de la Naturaleza. Hace treinta años planté un plantón de manzana. Esa pequeña planta se ha convertido en un hermoso árbol y me ha dado cientos de manzanas, año tras año, durante los últimos veinticinco. El árbol nunca me pide nada a cambio. De los árboles aprendo lecciones de amor incondicional y generosidad.
Frutas, flores, cereales, hierbas y verduras de miles de variedades, colores, aromas y formas nos alimentan y nutren día tras día. Crecen gracias a la generosidad de la humilde tierra. Y, sin embargo, demasiados seres humanos, ya sea por ignorancia o por arrogancia, damos por sentada la existencia de la Naturaleza. Démonos cuenta de la verdad de la generosidad de la Naturaleza y expresemos nuestra gratitud. Gracias, árboles; gracias, suelo; gracias, lluvia; gracias, sol; gracias, Madre Naturaleza; gracias, diosa Gaia.
La mutualidad y la reciprocidad son los cimientos de la casa de la generosidad. Como he recibido tanto de extraños, de mis antepasados y de la Naturaleza, deseo ser generoso con cualquier extraño que se cruce en mi camino. Deseo ser generoso con las generaciones venideras y dejarles cosas buenas. Y deseo devolver algo a la Naturaleza plantando árboles, cultivando mi huerto y practicando formas regenerativas de producción de alimentos como la permacultura y la agroecología.