Contra la creencia generalizada, la Edad Media fue un periodo en donde el goce sexual fue considerado una prioridad médica y se escribieron numerosos tratados sobre erotismo. Persiste la idea de que la Edad Media fue una época oscura y puritana, pero lejos de esa idea, el Medievo fue una época compleja en la que se mezclaba el temor al pecado carnal con un erotismo exacerbado fruto de las teorías médicas en boga. Historia medieval del sexo y del erotismo nos lleva a recorrer esta etapa compleja y de teorías contradictorias, en la que pronto surgirán discusiones sobre la procreación, la lujuria y la sexualidad que quedaron plasmados en textos como el Codex Vidobonensis, el Canon de Avicena, o el De Coitu. Estos textos mostrarán la clara influencia de la medicina griega sobre la medicina medieval y el asombro que sentían los médicos medievales por cuestiones tan cotidianas como la menstruación o el deseo sexual. El libro de Ana Martos, no obstante, no es sólo un tratado sobre medicina y sexualidad medieval, sino que acompañan la obra una serie de relatos sobre confabulaciones políticas e historias de amor entre reyes y reinas sin las que el tema principal sería inexplicable. También debe hacer una pequeña incursión en las teorías filosóficas, teológicas y científicas, y en las creaciones literarias, que determinaron la sexualidad y el amor, carnal o platónico, de la época. Para los médicos griegos, el esperma femenino participaba también en la procreación por lo que cualquier técnica destinada a propiciar su secreción y el orgasmo femenino era considerada dentro de la moralidad cristiana, desde ese momento proliferan los libros y manuales sobre erotismo, existía sin embargo, una corriente inspirada en Aristóteles que sostenía que la mujer era mero receptáculo y su placer, por tanto, innecesario. El triunfo de esta corriente llevará asociado la condena religiosa del orgasmo femenino y el sometimiento sexual que ha durado hasta hace bien poco.