La ausencia de los mundos asimétricos se presenta como un diario. Un diario de poesía descarnada que se adentra en las heridas de la vida, a veces incurables, y en la incomprensión por un mundo que duele y defrauda. Un diario en cuyas páginas se vierte la forma íntima y singular de la voz protagonista de pensar el amor, la pérdida y la muerte. Un diario que es retrato, que es radiografía de una joven que toma conciencia de sí misma y al mismo tiempo de una sociedad que se ahoga en su propia violencia, lo que lo convierte en una indagación compleja y profunda sobre los lazos entre el entorno y el individuo, el conflicto entre el deseo y la razón, y las tensiones entre la sacralización de la realidad y del ser y su intento de desmitificación. Un diario donde la integridad de la mujer, así como los excesos que amenazan con destruirla, se sitúan en el epicentro de su escritura.