Yo estoy bien, tú estás bien

Una manera de saber si una persona posee o no un Padre es analizar la existencia de sentimientos de bochorno, remordimiento, vergüenza o culpa. Esos sentimientos, que existen en el Niño, aparecen cuando el Padre «regaña al Niño». Si no existen, es probable que el Padre haya sido bloqueado

El equilibrio mental pasa por un Adulto emancipado que preside todas las conciliaciones. Es decir, en toda conciliación, el Adulto toma datos del Padre, del Niño y de la realidad, y llega a una decisión acerca de lo que hay que hacer.

Berne define el juego como...
... una serie ininterrumpida de conciliaciones con segundas intenciones complementarias que se dirigen hacia un resultado perfectamente definido y previsible

Si además el niño fue premiado por su perfecto conformismo, su esfuerzo diligente, su cumplimiento del deber y por hacer exactamente lo que se le decía, el camino de la sabiduría y la ­prudencia se le aparecería como el del conformismo total con el Padre y el bloqueo completo de sus impulsos in­fantiles

La zona de superposición (b) de la figura 30 representa la contaminación del Adulto por el Niño en forma de sentimientos o experiencias arcaicas, exteriorizadas en el presente de un modo inapropiado. Las ilusiones y las alucinaciones son dos de los síntomas más corrientes de este tipo de contaminación. Una ilusión se basa en el temor.

La persona cuyo Niño que no está bien se halla constantemente en activo no puede participar en conciliaciones que la aproximen a la realidad porque se encuentra preocupada continuamente con asuntos inacabados de una realidad pasada

Eso nos lleva a la segunda regla de la comunicación en el análisis conciliatorio. Cuando el estímulo y la respuesta se cruzan en el diagrama conciliatorio Padre-Adulto-Niño, la comunicación se interrumpe

Eso nos lleva a la primera regla de comunicación en el análisis transaccional o conciliatorio. Cuando el estímulo y la respuesta, en el diagrama conciliatorio del Padre-Adulto-Niño, forman líneas paralelas, la conciliación es complementaria y puede prolongarse indefinidamente. No importa la forma que tomen (Padre-Padre, Adulto-Adulto, Niño-Niño, Padre-Niño, Niño-Adulto...)

Una manera más corriente de «vivir» esta posición es recurrir a un contraguion (también de modo inconsciente), con una divisa prestada del Padre: puedes estar bien, si...

qué debo hacer para ganar sus caricias o su aprobación