Acontecimiento pleno de significados, el aquelarre ha pasado de la imaginación crédula y censora de la magia diabólica a la relatoría literaria y viceversa, mostrando a través de la historia un juego biunívoco de cargas semióticas que parece inagotable. Su pretendida realidad y su carácter mitológico propician, prácticamente al mismo tiempo, intereses históricos y variantes propias de la ficción. Con esta perspectiva, el presente ensayo fluctúa entre la percepción del fenómeno como una estructura del imaginario colectivo, su rol de mito espeluznante y su identidad narratológica, intentando establecer hipotéticamente el carácter literario que los anteriores aspectos —y muchos más discutidos aquí a manera de categorías analíticas— le confieren.