El gentío, la cruda, el calor, sumados a frases de Ennio que me fueron llegando cual relámpagos, frases como "ya no hay libreros que te hablen de libros, sino dependientes de supermercado", "las librerías se han convertido en Walmarts o 7-Elevens de libros", las editoriales "imitan a la Coca-Cola y se apoderan de los espacios para novedades en librerías y publicaciones"; "los editores se han olvidado de trabajar un manuscrito con un autor y se han reducido a simples gerentes de las Letras", me cayeron como puntapié en el estómago, lo cual es un eufemismo para no aducir a otra parte anatómica, y sentí que me hervía la sangre.