Cartas a un joven poeta

Si su vida cotidiana le parece pobre, no se queje de ella; quéjese de usted, dígase que no es usted lo bastante poeta como para conjurar sus riquezas; pues para el que crea no hay pobreza ni lugar pobre e indiferente.

No escriba usted poemas de amor; al principio evite esas formas que son demasiado corrientes y habituales: son las más difíciles, porque se necesita una fuerza grande y madurada para ofrecer algo propio allí donde han surgido cantidad de testimonios buenos y, en parte, brillantes.

Incluso el arte no es más que una forma de vivir, y uno puede ir preparándose para él sin saberlo,

impuro es el sentimiento que solo concibe una parte de su ser y lo deforma.

cuando de su interior salga alguna tristeza, tan grande como no la haya visto jamás, cuando un desasosiego pase por sus manos y por todo su quehacer como la luz y las sombras de las nubes. Debe usted pensar que está ocurriendo algo en su interior, que la vida no lo ha olvidado

Cuanto más silenciosos, pacientes y abiertos estemos en nuestra tristeza, más honda y certeramente entra lo nuevo en nuestro interior,

Hemos de aceptar nuestra existencia hasta donde sea posible

miedo a lo inexplicable no solo ha empobrecido la existencia del individuo, también ha limitado las relaciones de persona a persona, como si se las hubiera sacado del cauce de infinitas posibilidades hasta un lugar baldío en la orilla,

que nosotros percibimos como una paralización porque ya no oímos si esos

sentimientos extraños aún viven.