—A esta altura, internet es la columna vertebral de la sociedad —prosiguió N—. No podemos vivir sin ella. Sin embargo, hay quienes adoptan una actitud retrógrada. Cuando ven el lado bueno, ponderan internet y hablan de los grandes avances que ha hecho la civilización humana; después ven el lado malo, culpan a internet de todos los daños y quieren restringirlo. La gente cree que es muy progresista, pero esas ideologías, en el fondo, son las mismas de hace doscientos años. El problema no es internet, somos nosotros.