…He implorado el perdón de Dios y no sabré, hasta que mi cuerpo muera, si Él me ha perdonado…
He cumplido a la sociedad con mi larga condena, pero quizá no haya alcanzado su indulgencia…
¡Cuánto he vivido, por Dios…!
Sobreviví a Pablo Escobar Gaviria, «el Patrón», y fue la fuerza de su indomable espíritu la que, no sé bien ni cómo ni para qué, me sostuvo a lo largo de estos años, pues su presencia sigue marcando cada día de mi existencia. Los crímenes del Cartel de Medellín pesan, igual que ayer, sobre mis hombros. Mi juventud perdida en el crimen se transformó en la espada que pende sobre mi encanecida cabeza.
Para el mundo siempre seré alias “Popeye”, el sicario del temible Cartel de Medellín, el hombre de confianza de Pablo Emilio Escobar Gaviria… Cómo decirles que soy un hombre nuevo… que 23 años preso en este infierno transformaron al hombre que fui.