Dedica tiempo a escuchar a las personas importantes de tu vida, vale la pena. Escucha a tu pareja, a tus hijos, a tus padres. En la familia, el amor se deletrea «t-i-e-m-p-o»: dedícales tiempo. Pero si pusiéramos una cámara oculta en la vida de muchas familias, ¿qué descubriríamos? Probablemente que dedicamos poco tiempo y pocas ganas a las personas que más queremos. Es paradójico, pero es así. Nos cansa contar cuentos a nuestros hijos, estamos dejando de hacerlo. El bestseller de los cuentos se titula Cuentos CORTOS para la noche. Encima te lo venden de manera convincente: «Mire, mire el índice, son cuentos de 2 minutos, 1 minuto y 45 segundos, 2 minutos y 15 segundos, el más largo es de dos minutos y 25 segundos, 2 minutos y medio y ya se lo ha liquidado y ¡puede dedicar el tiempo a lo que usted quiera!». ¿Liquidado?, ¿a qué dedicaré el tiempo?, ¿a ver la semifinal de «Gran Hermano»? Piénsalo fríamente, nuestros hijos son lo que más queremos en este planeta y nos cuesta dedicarles 2 minutos. Hay quien ya no cuenta ni cuentos cortos, directamente pone un CD con 24 cuentos y «hala, ¡a dormir!».