Pensar la violencia implica necesariamente referirse a la esfera en la que adquiere sentido. La idea de violencia se comprende desde un comienzo en un contexto jurídico. El acto de «violar» implica la infracción de una norma, de un límite. La violencia se produce de manera doble: en tanto ruptura de un límite es disruptiva (implica la interrupción del lenguaje)