Ahora que ya somos marido y mujer y que tengo la obligación de cuidarte en la salud, en la enfermedad, en la pobreza, en los días en los que estés insoportable y un eterno etcétera, ¿qué opinas de tomarnos unas vacaciones en nuestra nueva residencia, señora Harton? Espero que la respuesta siga siendo un sí. Te quiero, Emma