Asakawa: «En resumidas cuentas, el hombre es un ser miserable e insignificante, dominado por promesas pasajeras de vida y muerte en este mundo de locos. Andamos de fiesta de un lado a otro, discutimos sobre el reparto de la riqueza, sobre ideales o principios… Pero, en realidad, el hombre es simplemente un ser miserable que vive como un gusano que se agita en el fondo de un balde»