«Caí en la cuenta de que había una cosa que no había experimentado. Lo único que solo probamos una vez en la vida. Aquello que nadie sabe cómo es porque no se puede explicar después.»
La fama siempre tiene un precio
Julien Meadow era el chico de la eterna sonrisa, el que cantaba en el garaje con su hermano y el que se enamoró de unos ojos valientes ocultos tras una mecha rosa, los de Crysta. Nunca hubiera esperado que, a raíz de un vídeo subido a YouTube, le llegaría la fama.
De repente, su voz inunda el mundo y su cara protagoniza todas las noticias. Julien debe hacer frente a un nuevo universo lleno de altibajos, lujo, descontrol y poder. Uno en el que te vuelves adicto a focos que queman y a palabras que muerden. Uno en el que echas de menos el abrazo de un gigante o que te besen con brochazos de pintura.
Todo el mundo sabe que Julien Meadow es el cantante con más éxito del planeta. Solo algunos recuerdan que fue una persona.