Creo que te inventé en mi mente

Desde niña siento que tengo divididos mi inteligencia de mis emociones,

siempre quedo con la necesidad intacta, allí está, me mira como si la vida no fuese nada, el suceder del tiempo, allí está y al final de todo siempre se queda impávida como una estatua, como una necesidad tan sólo

¡Vine a mirar si era posible que esta ciudad existiera independiente de mi voluntad, porque mi cuerpo ya sólo existe en relación a la idea esa de sujeto

Cuando logro algo que buscaba hace tiempo, me digo a mí misma que es una ilusión, que no es una situación real, que es una ilusión, su lado B, su impostura.

Ted seguro estaba afuera mirando a las chicas mientras ella escribía sus textos; miraba a cada chica que pasaban mientras Sylvia se dedicaba a escribir, a leer, a decirle cosas bellas a su madre.

repente sentí ganas de besarlo ahí mismo, para luego no hablarle más y dejarlo abandonado en el primer pueblo fantasma que pasáramos.

cuadros pintados para estimular, seguramente para olvidarse del suicidio de Sylvia.

La mente la tengo dividida entre el mundo real y el mundo ficcionado; entre el mundo de mis emociones y el de mi intelecto.

Vine a matarlo desde el fondo; a matar el amor que me negó el supuesto cielo que él anunciaba.

También la conciencia del sí la tengo alterada; me siento una especie de punto negro idiota y malformado. Cuando logro algo que buscaba hace tiempo, me digo a mí misma que es una ilusión, que no es una situación real, que es una ilusión, su lado B, su impostura