El narrador de esta excelente novela corta comienza relatando un mágico encuentro con una mujer misteriosa en una particular Lima, a comienzos del siglo XX. En la segunda parte, el narrador consigna las cartas de su amigo Abel Rosell, desde la ciudad B.; el curioso suburbio donde se han reunido todos los tísicos que esperan la muerte. Allí, sus habitantes no viven el abandono típico frente al fin inevitable, por el contrario, comparten una atmósfera inusualmente creativa y llena de refinada melancolía.