«Los personajes de Geografía aleatoria se dan el tiempo de reflexionar in situ sobre las vicisitudes de la condición humana en una prosa que los entremezcla con vívidas descripciones de los paisajes naturales y sociales a los que han accedido. A menudo se superponen las virtudes propias del cuento —en el suspenso de la trama con un final inesperado y emotivo— con las del artificio de la realidad de la crónica. En esta línea borrosa entre ambos géneros, Ríos esboza pequeñas postales sobre la amistad y la inclusión en las distancias temporales y geográficas. Lo hace con humor y con valentía; con sinceridad y atención al lector, a quien transmite que, fuera de la zona de comodidad que constituye lo conocido, se acaban aun las certezas más básicas», del prólogo de Enrique Winter.