Octavio Paz ha escrito que Nervo manipuló “con novedad y autenticidad el repertorio del modernismo” y Enrique Díez-Canedo habla de su “toque preciosista, vestidura de una delicadeza fundamental de su alma”. Todo esto se confirma en «La amada inmóvil”, libro que creó al tiempo que velaba los restos de Ana Cecilia Dailliez, su secreta compañera