Se puede estar atrapado entre cuatro paredes, así como estas pueden dar la libertad necesaria para poner en perspectiva el pasado, y los años venideros.
Se puede estar enjaulado en la inmensidad rígida de una ciudad como Nueva York o Madrid, y en todos los años que conforman una historia.
Uno puede sentir que es preso de infinitas maneras y, sin embargo, solo dos cosas nos liberan: la verdad y el amor.
En Glory Box (caja de gloria) Patricia Valley nos asoma a un coloquio entre dos personas que se reencuentran, tras años separadas, a través de llamadas telefónicas.
Es un diálogo, un manifiesto implícito y explícito, una sintonización que abraza un presente común y el futuro incierto.