La biblioteca de agua

El paso del tiempo está desacreditado, amigo, los vivos creen en el puro instante.

zorra el abad» o «Anás usó tu auto, Susana». «Abajo me mojaba». Ay, el abuelo. «Sí, pis».

Por fin empecé a construir palíndromas. «Luz azul», «amo la paloma», «dábale arroz a la

A Liz le hubiera gustado un poco más de misterio, alguna grieta en la relación transparente que él desplegaba, un poco de imaginación, pero la enternecía ese entusiasmo de mascota.

En esa casa aprendí a pensar las ciudades, lo grande desde lo pequeño, lo lejano desde lo próximo, la inmensidad de la historia desde alguien que mira por una ventana.

un libro no merecía ser quemado, acaso tampoco merecía la pena que hubiera sido escrito

Escribir es enmarcar el caos

una violencia es todas las violencias

Te dices que el olvido es como una capa de hielo que cubre todas las cosas, abajo la memoria brama, se encrespa, esconde monstruos marinos. Todos estos años has caminado sobre el frío, desoyendo las voces de los que quedaron atrapados. ¿Y quiénes son los que golpean bajo la capa de hielo?

¿Había que sumar emociones fuertes a la pareja para sobrevivir a una rutina tan insípida como las aguas que vendía su marido?