Los que no aprenden lo que enseña la historia están condenados a repetirla.
Los escribas tomaban nota a toda prisa.
— En efecto -dije-. Si sus descendientes no estudian con atención nuestros tiempos, se encontrarán una vez más con que han agotado las reservas de combustible del planeta, que han muerto por millones a causa de la influenza y la Muerte Verde, que el cielo se ha puesto amarillo por efecto del gas del aerosol desodorante, que tienen por presidente a un viejo chocho de dos metros, y que son ostensiblemente inferiores en espíritu e intelecto al diminuto pueblo chino.
A él no le hizo gracia.
Me dirigí directamente a los escribas, por encima de su cabeza.
— La historia no es nada más que una lista de sorpresas. Sólo puede prepararnos para quedar sorprendidos una vez más. Por favor, anoten eso.