Byung-Chul-Han nos da una visión de algo que en lo personal encuentro obvio con un poco de reflexión: el que vivimos en una sociedad que nos vende los conceptos de "deja la zona de confort", "trabaja para ser exitoso", "el mundo es de los que tienen hambre de luchar", etc, etc. Estos conceptos con los años nos llevan a concluir (sobre todo en la clase media) que la auto superación y el trabajar por nuestras metas nos hará felices cosa que es parcialmente falsa. La clave es un equilibrio entre trabajo , vida contemplativa y amistad. Si todo el tiempo trabajas es obvio que tendrás carencias y problemas emocionales. Sin embargo en este libro parece que este simple concepto hay que hacerlo lo más complejo posible al lector, lleno de páginas en donde hay que releer porque simplemente a la primera no da un significado y no es porque el lector sea tonto o inculto, es esta necedad de cada vez mas autores de hacer el conocimiento inaccesible, es lo único que le critico al libro tiene muchas páginas aburridas y donde vuelve al mismo punto una y otra vez. Espero que alguna vez los textos filosóficos empiecen a ser más sencillos para el publico en general.
Con mucha claridad se expone la tesis principal del libro: la época de la aceleración material, el exceso de vitalidad, la depresión como espíritu rector de nuestro tiempo y la autoexplotación como valor, todo, auspiciado por el neoliberalismo hipercapitalista.
En su ensayo, Han explica que todas las épocas se caracterizan por una enfermedad específica, a fines del siglo pasado vivíamos/luchábamos contra las enfermedades virales (lo diferente), pero este inicio de siglo detonó las enfermedades neuronales causadas por vivir en la sociedad del cansancio.
Aunque usa muchos modelos, teorías y autores; básicamente nos dice que pasamos de una sociedad disciplinaria, con vigilancia y castigos, a una sociedad del “si se puede” “si puedo”, donde nos convertimos en seres de rendimiento, ya no hay normas ni castigos de un tercero; ahora nosotros mismos nos castigamos y nos violentamos; sentimos culpa por no ser capaces de hacer todo, por no alcanzar nuestros sueños y objetivos lograr todo lo que queremos en una sociedad del “sí puedo”.
Estamos enfermos de positividad y la cura está en parar, en aprender a ver y contemplar la vida y la belleza que hay en todo el mundo que nos rodea.