El castellano de Carolina Sanín es precioso, musical, potente. En estos cuentos desbordados de imaginación, el placer de apreciar su lenguaje es equivalente al de disfrutar de sus invenciones. Las criaturas que circulan por estas páginas están tratadas con ternura y todas tienen un halo de misterio que las rodea. Los argumentos son ingeniosos y la lectura es gustosa. Ponqué y otros cuentos es una muestra más que confirma el lugar cada vez más importante que ocupa la escritura de Sanín en la literatura latinoamericana.