Lo haría encantado, porque contar la verdad más siniestra sobre algo que has hecho, darte permiso para contarlo en voz alta, proporciona un placer excepcional. «Hice algo horrible.» Y te lo quitas de encima, que el mundo lo sepa. Todos nos morimos de ganas de quitárnoslo de encima en lugar de quedarnos esperando a que alguien lo descubra. Porque esa espera contamina la vida, despierta a los hombres en plena noche.